En una conferencia de prensa celebrada esta mañana en Berlín, el gobierno subrayó que aspira a una salida del carbón antes de 2035, tres años antes de lo previsto, con revisiones sobre cómo avanza el acuerdo en 2026 y 2029, informan desde European Climate Foundation. El programa de cierre acordado para cada planta está en línea con los actuales objetivos climáticos de Alemania para 2030, si bien para cumplir el objetivo de 1,5° del Acuerdo de París, el país germano tendría que eliminar gradualmente el carbón de su sector eléctrico para 2030.
Además, según los observadores, los pagos de compensación prometidos por el gobierno a los operadores de las plantas para la jubilación anticipada no están justificados dado el declive económico del carbón alemán. En 2019, la cuota de carbón para la generación de electricidad ya se redujo en un 31% y la de lignito en un 22% gracias al aumento de los precios del CO2 en el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE.
En palabras de Dave Jones, analista europeo de electricidad, de Sandbag, "el anuncio del Gobierno alemán de pagar más de 4.000 millones de euros a dos empresas de lignito es una decepción. Es un pago inmoral: RWE y EPH, los dos contaminadores que reciben la mayor parte de las compensaciones, han sido notificados desde mucho antes incluso del Acuerdo Climático de París en 2015. No pueden afirmar que la eliminación del carbón no se esperaba".
Jones añade que la compensación tampoco es necesaria: las plantas de lignito ya no eran rentables debido a la presión de los precios de la energía eólica y solar, y al precio del carbono en Europa, por lo que se esperaba que estas instalaciones cerraran en cualquier caso. "El paquete total para la transición del carbón le costará a Alemania alrededor de 40 mil millones de euros. Es una lección pertinente para todos los demás países: lidiar con el carbón ahora, y ahorrarse una gran factura en el futuro".
En la misma línea, Pieter de Pous, asesor principal de políticas de clima y energía de de E3G, asegura que "Alemania está cada vez más desincronizada con el resto de Europa, que se está moviendo más allá del carbón. Alemania es el único país de Europa que opta por pagos de compensación costosos a los operadores, mientras que sus vecinos europeos confían en formas más rentables, como las normas de emisión, las regulaciones y los impulsores del mercado".
El gobierno planea adoptar el proyecto de ley de eliminación del carbón en su reunión de gabinete del el próximo 29 de enero. La ley será aprobada por el Parlamento en mayo de 2020.
Estos son los elementos más importantes del acuerdo:
• Calendario de cierre de las centrales eléctricas de carbon: las plantas más sucias y antiguas se desconectan primero:
- 15 GW para el 2022 (RWE)
- 8,8 GW para 2030 (LEAG y RWE)
- El resto para el 2038
- 2026 y 2029: revisar si las plantas pueden desconectarse en 2035 en lugar de 2038
• Compensación para los operadores:
- 2.600 millones de euros en total para las plantas de Alemania Occidental
- 1.750 millones de euros en total para las plantas de Alemania del Este
• Compensación para los trabajadores y las regiones afectadas:
- Las regiones afectadas recibirán ayudas de 40.000 millones de euros hasta 2038 (incluidos 26.000 millones de euros para las regiones de lignito)
- Régimen de pago para los trabajadores hasta 2043
• Pueblos afectados y el bosque de Hambach:
El bosque de Hambach, uno de los más antiguos de Alemania y centro de las protestas contra el carbón, ante la amenaza de situar en este espacio una mina de lignito, no será talado. No obstante, sigue en marcha la amenaza de destrucciión de pueblos debido a la expansión de la mina Garzweiler en la zona del Rin, así como la conexión a la red, este año, de una nueva planta de carbón de Uniper (Datteln IV).