Argelia ha advertido este miércoles al Gobierno de que romperá el contrato de suministro de gas a España si parte de lo que envía al país es derivado a otro destino, en referencia a Marruecos. La advertencia ha llegado por boca del ministro de Energía, Mohamed Arkab, a quien la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, ha informado de que España va a proceder a autorizar el flujo inverso del Gasoducto Magreb Europa (GME) por que el Argelia abastecía a la península vía Marruecos hasta el pasado noviembre, cuando procedió a su cierre. En un comunicado de su departamento, recogido por la agencia oficial APS, Arkab ha dejado claro que si parte del gas natural enviado por Argelia a España tiene un "destino que no es el previsto en los contratos" entonces se considerará como "un incumplimiento de los compromisos contractuales y, por consiguiente, podría desembocar en la ruptura del contrato que liga a Sonatrach [la empresa gasística estatal argelina] con sus clientes españoles".
Según la agencia Europa Press, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico envió ayer un "mensaje electrónico" para notificar al ministro argelino que la activación del flujo inverso del gasoducto GME (que siempre sirvió para traer a la península gas, pero ahora servirá para llevarlo de aquí a Marruecos) se producirá "hoy mismo o mañana". Y, anoche, "antes las informaciones provenientes de Argelia", difundió un comunicado urgente en el que aclaraba que "la activación de este mecanismo se ha hablado con Argelia durante los últimos meses y hoy ha sido comunicada al ministro argelino", y destacaba categóricamente que, "en ningún caso, el gas adquirido por Marruecos tendrá procedencia argelina".
Marruecos
Como ya hiciera en febrero, cuando se anunció la intención de brindar apoyo a Marruecos en materia energética, el Gobierno ha defendido, vía Ministerio de Transición Ecológica, que Marruecos ha pedido apoyo para garantizar su seguridad energética y "España ha respondido positivamente a su petición, como corresponde hacer con cualquier otro socio o vecino".
En concreto, lo que se pretende hacer es que Marruecos adquiera gas natural licuado en los mercados internacionales, lo desembarque en alguna planta de regasificación en España y luego ese gas sea enviado a territorio marroquí a través del gasoducto GME.
Cabe recordar que Argel rompió relaciones diplomáticas con Rabat el pasado agosto y en noviembre procedió al cierre del GME. Con su cierre Marruecos, además de perder los derechos de paso millonarios que ingresaba por el tráfico del gas, vio peligrar su abastecimiento energético, en especial para los dos ciclos combinados de Tahaddart y de Ain Beni Mathar, que cubren en torno al 10% de la producción de electricidad del país.
Argelia
El aviso del ministro de Energía argelino es el último que llega desde Argel, después de que el pasado 19 de marzo el país magrebí retirara a su embajador en Madrid en protesta por la decisión del Gobierno de respaldar el plan de autonomía marroquí para el Sáhara.
Pese a los esfuerzos desde el Gobierno por evitar una escalada en la crisis y sus mensajes conciliadores, asegurando que Argelia es un "socio sólido y fiable" y que siempre cumple con sus contratos energéticos, la tensión diplomática ha ido en aumento.
Así, la semana pasada Argel pidió "aclaraciones previas y francas" por parte del Gobierno antes de enviar de vuelta a su embajador, ya que la confianza se ha visto dañada -apuntaban desde Argel- por el respaldo español al plan marroquí, que Argelia, como principal valedor del Frente Polisario, considera una traición a los saharauis.
El fin de semana, el presidente del país, Abdelmayid Tebune, aseguró que "lo que ha hecho España es inaceptable, éticamente e históricamente" y se mostró especialmente crítico con Sánchez, a quien responsabilizó de la actual situación. "El presidente del Gobierno lo ha roto todo, no España", afirmó.
No obstante, el mandatario argelino aseguró que su país cumpliría con su compromiso de suministro de gas a España, después de que desde la empresa estatal Sonatrach se haya avisado de que se podrían subir los precios, algo que se está renegociando con las empresas españolas.
La reacción del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a las palabras de Tebune provocó un nuevo cruce de acusaciones. "No quiero alimentar polémicas estériles", dijo al ser preguntado al respecto en una entrevista radiofónica, pasando a continuación a resaltar que el presidente argelino había dejado claro que el suministro de gas a España está garantizado.
A su vez, el enviado especial del Gobierno argelino para el Sáhara Occidental y los países del Magreb, Amar Belani, calificó de "lamentables e inaceptables" las palabras del ministro. "Seguramente no contribuirán a una rápida normalización de las relaciones bilaterales", auguró, antes de advertir de que Albares "tendrá que asumir las consecuencias", tras lo cual este se ha reafirmado en su mensaje de que "Argelia es un socio sólido y fiable", sin entrar en más valoraciones.
Sobre gas y geoestrategia, léase el editorial de abril (ER 210): Con hache de historia