En concreto, se afirma en un comunicado oficial que “se subvencionará el 30 por ciento del coste de las inversiones ejecutadas en energías solares térmicas y en la renovación de instalaciones de iluminación por tecnología LED, una de las más demandadas del momento, así como un 40 por ciento del coste de las demás tecnologías, como la solar fotovoltaica, minieólica, biomasa térmica o geotermia, entre otras”.
El plazo de presentación de solicitudes para la subvención, que debe estar comprendida entre los 5.000 y los 50.000 euros, concluye el próximo 14 de septiembre. Las condiciones pueden consultarse aquí.
En Santander, el gobierno cántabro, a través del consejero de Industria, Turismo y Comercio, Francisco Martín, ha hecho el anuncio, que propone la implantación de tecnologías basadas en fuentes renovables una de cuyas consecuencias importantes es el ahorro en las facturas de los usuarios.
Críticas al Gobierno central
Martín, en una fuerte declaración política, ha asegurado que mientras “el Gobierno central solo piensa en las grandes empresas”, el Ejecutivo autonómico tiene como objetivo acercar a toda la población cántabra y a las pymes la “energía del futuro”.
Respecto de las ayudas, ha explicado que del importe total, 800.000 euros están destinados a empresas privadas y los restantes 100.000 a personas físicas sin ánimo de lucro. El consejero de Industria ha animado a los ciudadanos a que instalen energías limpias para autoconsumo ya que, afirmo, en cinco o seis años se recupera la inversión.
Impuesto abusivo único en el mundo
Por su parte, el presidente de Anpier, Miguel Ángel Martínez-Aroca, ha agradecido al gobierno de Cantabria su “apuesta decidida, firme y clara” por el desarrollo de las energías renovables y le ha felicitado por su “lucha por la transición energética”, a pesar de los “ataques” y la legislación del Ministerio de Energía en este ámbito.
Martínez-Aroca se ha mostrado muy crítico con los recortes actuales del gobierno español en esta materia y, muy especialmente, con el ‘impuesto al sol’ que se aplica desde 2015, que supone un elevado peaje para las familias y las empresas que han apostado por el autoconsumo energético y que, en muchos casos, “les ha llevado a la ruina”.
El presidente de Anpier ha rechazado este “impuesto abusivo único en el mundo”, contrario a las políticas de la Unión Europea, y ha sostenido que es la manera que tiene el ejecutivo central de paralizar las energías limpias y sostenibles para favorecer a las grandes empresas.
Asimismo, ha expresado su convencimiento de que la Unión Europea eliminará en los próximos meses este gravamen que, a su juicio, va en contra de las políticas medioambientales y del impulso a las energías sostenibles, uno de los pilares comunitarios.
