Argelia, Nigeria, Noruega, Perú y Catar son nuestros principales suministradores de gas. Según el último boletín Cores, en julio cayeron las importaciones de Argelia (-39,8%; 10.101 GWh, mínimo desde octubre de 2012) y cayeron también las de Nigeria (-19,8%; 3.815 GWh). Al mismo tiempo, crecieron las de de Noruega (+71,8%; 4.721 GWh), Qatar (+67,4%; 4.566 GWh) y Egipto (hasta alcanzar los 1.127 GWh). En el acumulado anual -enero/julio- se mantienen como principales suministradores Argelia (48,8%), Nigeria (15,7%), Noruega (9,4%), Perú (9,4%) y Catar (cerca del 8%).
Aunque España no dispone de yacimientos de gas, nuestro país es lugar de paso para muchas empresas (tierra de tránsito y de regasificadoras). Así, España también "exporta" gas a otras naciones. Según el último boletín Cores, las exportaciones de gas natural han descendido en este mes de julio un 61,7% (vs. julio de 2016), hasta quedarse en los 2.296 GWh. De esas exportaciones -concreta Cores-, un 98,5% se realizaron por gasoducto. Portugal, lógicamente, continúa siendo el principal destinatario, con un 98,8% del total.
Según el último Informe Mensual de Comercio Exterior (Ministerio de Economía), España ha importado, entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2017, gas por valor de 3.665,1 millones de euros, es decir, que la economía española paga cada día por el gas que usa -envía a potencias extranjeras- veinte millones de euros (20 M€... cada 24 horas). El mes pasado, casi el 30% de la electricidad que usó España salió de centrales térmicas que queman -para producir esa electricidad- gas natural. En el "País del Sol y Playa" solo el 8,3% de la electricidad de agosto salió de instalaciones solares (fotovoltaica y termosolar).
El Gobierno Rajoy (presidente desde diciembre de 2011, es decir, desde hace casi seis años) ha tardado más de un quinquenio en convocar una subasta solar fotovoltaica y, a día de hoy, no ha convocado ninguna termosolar, aunque la irradiancia solar en España es la más elevada, con diferencia, de toda Europa. Además, el Ejecutivo mantiene maniatado -con el impuesto al Sol- el autoconsumo y, a lo largo de la última legislatura, ha aprobado varias normas (de impacto retroactivo) que se han traducido en gravísimos recortes al precio del kilovatio hora y que han espantado a los inversores.
Y, después de trece años, España vuelve a verse obligada a importar electricidad
El estrangulamiento al que ha sido sometido el sector de las energías renovables en España a lo largo de los últimos seis años -mediante el terrorismo regulatorio y la burocratización administrativa- ha propiciado, entre otras cosas, que nuestro país haya vuelto a verse obligado a importar electricidad en 2016, algo que no sucedía desde principios de siglo. Desde el ya remoto año 2003, el balance import-export de España era siempre positivo: exportábamos más electricidad que la que importábamos. Pues bien, en 2016, tras casi seis años de parón renovable, la balanza se ha dado la vuelta.
Lo revelaba hace unas semanas Red Eléctrica de España (REE) en su Informe del Sistema Eléctrico Español 2016: "los programas de intercambio de energía de España con otros países registraron, por primera vez desde el año 2003, un saldo neto importador. Si bien las exportaciones crecieron un 8,2% respecto al año anterior situándose en 12.686 GWh, este crecimiento -concreta REE- fue muy inferior al registrado por las importaciones, que ascendieron hasta los 20.346 GWh, un 75,7% superiores a las de 2015. Como resultado, el saldo neto fue de signo importador en 7.660 GW".
Por lo demás, el gas natural es un combustible fósil cuyo principal componente, el metano, es un potente gas de efecto invernadero (véase globalmethane.org).