El Banco Central Europeo ha anunciado un nuevo programa de compra de activos públicos y privados por 750.000 millones de euros, con el nombre de Pandemic Emergency Purchase Programme (PEPP). Sin embargo, Ecologistas en Acción considera que bajo esta declaración de intenciones "se insiste en el rescate de las grandes empresas dentro un sistema económico perverso e insostenible", según señala en un comunicado.
La organización ecologista entiende que esta es una respuesta idéntica a la crisis económica y financiera de 2008, centrada en insuflar oxígeno a los mercados financieros y a las grandes corporaciones, "abandonando las necesidades sociales de quienes más necesitan de ayuda en estos momentos y la necesaria reconversión del modelo hacia la sostenibilidad".
La ONG coincide en que se necesita una gran transferencia de recursos desde el BCE, "pero estos se deben dirigir directamente a los Estados para ayudar en la crisis desencadenada por el coronavirus, centrándose en las familias y sectores sociales más vulnerables, así como en políticas que fomenten la justicia social y ambiental".
En contra de la transición verde
"Las medidas del Banco Central Europeo no van destinadas a aumentar el gasto público en sanidad, en servicios sociales, o en transición energética. Por un lado, se basan en la compra de bonos emitidos por las grandes corporaciones, con el fin de reducir sus costes financieros y ampliar su capacidad de endeudamiento, transfiriendo el riesgo al BCE. Un nuevo rescate selectivo, no en favor de las mayorías sociales ni de la sostenibilidad", insiste la organización.
Por el camino, continúa, "se beneficiarán desde las energéticas que más apuestan por los combustibles fósiles (Enel, Repsol, Shell, Naturgy, Total, ENI) hasta las nucleares (Fortum). Desde fabricantes de armamento (Thales) hasta Socimis (Merlin). También fabricantes de automóviles (Volkswagen, BMW, Daimler), constructoras de autopistas, todo el oligopolio agroalimentario (Nestlé, Danone, Unilever), farmacéuticas-químicas (Bayer-Monsanto, Novartis), líneas aéreas (Ryanair), etc".
Según Ecologistas en Acción, estas grandes empresas conseguirán de manera directa liquidez para hacer frente a su deuda actual y sanear su estado financiero, sin ningún tipo de condición para ello. “De esta manera- afirma la organización ecologista- se impulsa la continuidad de la maquinaria extractivista, contaminadora y destructora de los ecosistemas. Todo lo contrario a las supuestas intenciones de impulsar una ‘transición verde’ de la UE y el Gobierno español”.
Políticas alternativas
Ecologistas en Acción denuncia esta situación y reclama al Gobierno español que inste al BCE a utilizar herramientas para hacer frente a la actual crisis y exige el fin del apoyo financiero a la industria de los combustibles fósiles, al tiempo que reeclama a las autoridades europeas la puesta en práctica de políticas alternativas y bajo control democrático.
“Necesitamos una estrategia que oriente la inversión hacia la re-localización de la economía y una industria sanitaria de gestión pública que nos permita combatir tanto esta pandemia y futuras así como la crisis ambiental”, insiste.
"Es imprescindible un impulso público descomunal, pero para financiar el masivo gasto público y social necesario hace falta que el BCE transfiera recursos a los Estados, sin imponer condiciones diferentes que las prioridades de atajar la pandemia y sus efectos sociales", concluye.