La colaboración entre la Agencia Estatal de Meteorología y el Instituto de Salud del Carlos III pretende materializar un “estudio integrado” en el que ambas entidades “analizarán en profundidad y cuantificarán la influencia de determinadas variables meteorológicas, así como de la contaminación ambiental en la incidencia y propagación de la enfermedad Covid-19 provocada por el virus SARS-COV-2”. El objetivo último de esa colaboración es “desarrollar un sistema de vigilancia epidemiológica a nivel estatal basado en la alerta temprana y en la monitorización de dichos factores ambientales”.
Más afectación a menor temperatura promedio
Resultados preliminares del trabajo conjunto entre Aemet y el Instituto Carlos III en los que se comparó el índice de incidencia acumulado en los últimos 14 días -definido como número de contagios nuevos diarios por cada 100.000 habitantes- con la temperatura promedio correspondiente al mismo período por Comunidad Autónoma “indican la existencia de una correlación negativa entre ambos; es decir, a menor temperatura promedio, mayor incidencia, en consonancia con lo obtenido en otras investigaciones internacionales”. Este patrón se repite durante el período analizado, desde el 26 de marzo hasta el 5 de abril.
Humedad del aire y contaminación atmosférica
Investigaciones recientes en relación a la propagación de la enfermedad Covid-19 y el virus SARS-COV-2 indican que también la humedad del aire “puede incidir en la propagación y transmisión de la enfermedad, principalmente en el sentido de que las altas temperaturas y la alta humedad reducen significativamente la transmisión y propagación del virus”; por lo que la llegada de la temporada primaveral en el hemisferio Norte podría reducir efectivamente la transmisión de Covid-19.
Por otro lado, los dos agentes involucrados en esta investigación están analizando “cómo otro tipo de factores ambientales, como la contaminación atmosférica y, en especial, las concentraciones de material particulado, pueden agravar la enfermedad”.
Según el Gobierno, la Agencia y el Instituto, que siguen trabajando conjuntamente, esperan obtener -a través de otras variables en salud (tales como ingresos hospitalarios, ingresos en UCI y mortalidad)- resultados que permitan “investigar con mayor especificidad el impacto de estos factores ambientales en la incidencia y propagación de la enfermedad Covid-19”, mejorando la identificación de zonas de riesgo en tiempo real a nivel provincial, y que así mismo permitan diseñar “estrategias de diagnóstico y prevención para la gestión de medidas de actuación adecuadas desde el ámbito de la salud pública”.