El informe, titulado Los beneficios económicos de la energía renovable de las microrredes, elabora un análisis a partir del crecimiento previsto y los beneficios económicos de las microrredes, con un pronóstico de alto nivel del crecimiento en Estados Unidos.
Con la circunstancia compartida de tener mandatos de energía 100 % renovable para 2050, el trabajo presenta a California y Puerto Rico como estudios de caso, áreas que han experimentado cortes de energía causados por desastres naturales atribuidos al cambio climático, lo que ha provocado impactos a largo plazo en las economías locales.
En lo que respecta a California, se prevé que la inversión en activos de microrredes renovables en el estado creará más de 166.000 puestos de trabajo para 2030, y generará más de 22.000 millones de dólares en el PIB. Ya en lo que cursa el año, las microrredes han creado 4.670 puestos de trabajo, contribuido con 850 millones de dólares al PIB y 1,76 mil millones de dólares en ventas comerciales.
Durante los próximos 10 años, se espera que la capacidad de microrredes de activos renovables de California crezca 14,5 veces, para alcanzar 10,5 GW para 2030.
En el caso de Puerto Rico, el pronóstico es que la inversión en activos de microrredes renovables creará más de 9.000 empleos para 2030, con más de 1,2 mil millones dólares de aporte al PIB. Esos números aumentarían si se integran en las microrredes las implementaciones de baterías y energía solar fotovoltaica distribuida.
A partir de 2021, las microrredes han creado 163 puestos de trabajo y han contribuido con 26,94 millones de dólares en el PIB y 53,2 millones de dólares en ventas comerciales. La capacidad instalada total crecerá tres veces su tamaño actual.
“Se acerca una revolución de la resiliencia impulsada por microrredes. Las microrredes ayudarán a aumentar la resistencia de la red eléctrica al ayudar a las comunidades a estar más preparadas para evitar cortes de energía debido al clima extremo y otros desastres naturales y recuperarse más rápido. Pero, como muestra este informe, mejorar nuestra capacidad de recuperación a través de microrredes también impulsará nuestra economía y agregará puestos de trabajo”, aseguró el director senior de RMI, una de las ong que han encargado el estudio, Roy Torbert.
Por su parte la presidente y directora ejecutiva de Millennial Action Project -otra de las ong implicadas-, Layla Zaidane, dijo: “Para los jóvenes estadounidenses, menos problemas son más urgentes que abordar el suministro de energía y la capacidad de recuperación para un futuro más sostenible. La red eléctrica de nuestros abuelos necesita urgentemente una modernización. Las microrredes han surgido como una intervención clave para que los legisladores con visión de futuro actúen ahora. La información de este trabajo equipará a nuestra red de legisladores jóvenes con el conocimiento que necesitan, especialmente en torno al empleo y el crecimiento económico, para formar coaliciones e invertir en el futuro utilizando las tecnologías e innovaciones actuales. Podemos abordar lo que nuestra energía necesita y también los desafíos del cambio climático mientras se construye la economía".