"Optimizaremos la introdución del gas natural en Galicia. Potenciaremos la construción de gasodutos de transporte secundario para modernizar la introdución del gas natural en la región. Con ello, se potenciará la competitividad industrial y se limitarán los riesgos de transporte. Para ello, impulsaremos y promoveremos las infraestruturas de transporte secundario para evitar las instalaciones de almacenamento fijas". El discurso pro-gas de Alberto Núñez Feijóo es bien conocido desde principios de siglo, pero, en todo caso, el Partido Popular de Galicia decidió volver a plasmarlo explícitamente, negro sobre blanco, en su Programa 2016. Las líneas entrecomilladas han sido extraídas de él. Ahora, sin embargo, el Ejecutivo que preside Feijóo anuncia unas nuevas Directrices Energéticas 2018-2020 que -parece- cambian la orientación.
El conselleiro de Economía, Empleo e Industria, Francisco Conde, avanzó ayer en Lugo, durante la celebración de la jornada del Día de la Eficiencia Energética, algunas de las líneas maestras de lo que serán las futuras Directrices Energéticas de Galicia 2018-2020. Conde calificó de "oportunidad de desarrollo económico" el que “a la Galicia verde se la identifique con las renovables” y abogó por seguir fomentando recursos "como la hidráulica, la biomasa o la energía eólica".
El conselleiro recordó ayer por otra parte que Galicia ya ha declarado "de especial interés" un total de 21 parques eólicos, "lo que supondrá una mayor agilidad en la tramitación para que puedan estar funcionando antes de 2020". Según la Xunta, esa veintena de instalaciones, que suma alrededor de quinientos megavatios (500 MW), va a atraer inversiones por valor de 543 millones de euros y promoverá la creación de 7.000 empleos. Quince de los 21 parques se implantarán en Lugo: 375 MW; 405 millones de euros; unos 5.000 puestos de trabajo en esa provincia, según la Xunta.
Por otro lado, el conselleiro insistió en que una de las prioridades de las Directrices Energéticas será "la merma del consumo energético". En ese sentido, aseguró que la meta es la rebaja del consumo en un 4%, con ahorros económicos superiores a 150 millones de euros anuales: “Seguimos avanzando en un nuevo paradigma energético -dijo Conde- que tiene que dar servicio a los ciudadanos y lograr un modelo económico más competitivo, fundamentándose en una economía verde y sostenible que apostar por la eficiencia energética, pero también por las renovables”.
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