Los coches eléctricos, los paneles solares y los teléfonos inteligentes contienen materias primas críticas y fundamentales para la transición ecológica y digital de la UE, por lo que asegurar su suministro es crucial para la resiliencia económica, el liderazgo tecnológico y la autonomía estratégica de la Unión Europea. Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania y debido a una política comercial e industrial china cada vez más agresiva, el cobalto, el litio y otras materias primas estratégicas para la revolución verde también se han convertido en un factor de presión geopolítica.
¿Quién controla las cadenas de suministro?
Esta ley cobra especial importancia porque aunque en la UE existe producción nacional de ciertas materias primas críticas, en particular hafnio, en la mayoría de los casos la UE depende de las importaciones de países no pertenecientes a la UE.
El suministro de muchas materias primas críticas está muy concentrado. Por ejemplo, China proporciona el 100 % del suministro de tierras raras pesadas (REE) de la UE, Turquía proporciona el 99 % del suministro de boro de la UE, mientras que Sudáfrica cubre el 71 % de las necesidades de platino de la UE y una proporción aún mayor del metales del grupo del platino, iridio, rodio y rutenio.
Desde la UE consideran que los riesgos asociados con la concentración de la producción se ven agravados en muchos casos por bajas tasas de sustitución y reciclaje, y una legislación ambiental inexistente en muchos casos.
Ley de Materias Primas Críticas de la UE
Con el cambio global hacia las energías renovables y la digitalización de las economías y sociedades, la demanda de estas materias primas estratégicas aumentará rápidamente en las próximas décadas. Por ello, la nueva Ley de Materias Primas Críticas está diseñada para hacer que la UE sea más competitiva y soberana, mediante una reducción de la burocracia, el fomento de la innovación a lo largo de toda la cadena de valor y el apoyo a las PYMEs. También pretende impulsar la investigación, el desarrollo de materiales alternativos y métodos de minería y producción más respetuosos con el medio ambiente.
Eurodiputada alemana Nicola Beer: “Esta legislación es un modelo de política industrial para un suministro seguro y sostenible de materias primas en Europa. Con incentivos económicos específicos, estamos creando seguridad en la planificación de proyectos para los inversores privados, a través de puntos de contacto únicos para las empresas y procedimientos de autorización rápidos y sencillos con plazos claros para las autoridades nacionales. Esto impulsará la minería, el procesamiento y el reciclaje en Europa".
Elementos de la negociación
Durante las negociaciones con el Consejo, los eurodiputados presionaron para que se prestara más atención a la producción y ampliación de materiales que puedan sustituir las materias primas estratégicas. En este sentido los miembros del parlamentos consiguieron establecer objetivos para fomentar la extracción de materias primas estratégicas a partir de productos de desecho. Además, los eurodiputados también insistieron en la necesidad de reducir la burocracia para las empresas, en particular las pequeñas y medianas empresas.
Este marco legislativo permitirá establecer incentivos económicos y un marco empresarial más estable y seguro para proyectos de minería y reciclaje, con procedimientos de autorización más rápidos y sencillos, explica la nota remitida desde la Eurocámara.
Críticas ecologistas
Sin embargo, para la organización ecologista Amigos de la Tierra -una de las 5 grandes ONG ambientales de España- más allá de algunos cambios puntuales introducidos a lo largo de la negociación en cuestiones como el reciclaje, la ley aprobada "sigue sin abordar el problema de fondo: el consumo desenfrenado de recursos naturales de la Unión Europea".
Mientras la UE "dice centrarse en la crisis climática y de manera tibia", no promueve "una transición energética donde prime la reducción de materias primas, lo que podría trasladar el problema y seguir agravando la crisis ecológica". A su parecer, el nuevo reglamento asume que el consumo de minerales se multiplicará en las próximas décadas "sin adoptar ninguna medida para mitigar o reducir esta demanda".
[Sobre estas líneas, la nueva lista de materias primas estratégicas para la transición energética de la Unión Europea]
La ley justifica este incremento de la demanda en la indiscutible necesidad de descarbonizar nuestra economía. Sin embargo, "la nueva lista de materias primas estratégicas que el reglamento establece incluye minerales esenciales para Defensa y la carrera aeroespacial, sectores que nada tienen que ver o que incluso van en contra de una transición ecológica justa y sostenible", critican desde Amigos de la Tierra.
Aspectos preocupantes para Amigos de la Tierra
Para los Ecologistas, los principales motivos de preocupación respecto a esta nueva ley de materias primas estratégicas son los siguientes:
• Aunque se menciona la necesidad de “moderar” el aumento de la demanda de materiales críticos, no se establece ningún objetivo concreto de reducción en el consumo material de la Unión Europea.
• La lista de las materias primas estratégicas incluye al titanio, un metal con una utilidad limitada en la transición ecológica pero clave para la defensa y la carrera aeroespacial.
• Los proyectos estratégicos podrán ser autorizados aunque se demuestre su impacto adverso sobre el medio ambiente, incluyendo sobre espacios de la Red Natura 2000, el mayor conjunto de espacios protegidos del mundo, al que España aporta el 36% de su territorio.
• La ley perpetúa y profundiza el colonialismo de recursos dentro y fuera de la UE para garantizar el suministro de minerales.
• La ley agrava los obstáculos que enfrentan las comunidades locales para ejercer sus derechos a la información y participación en la tramitación de proyectos que afectan sus territorios. También consideran "muy preocupante" que el reglamento no incluya el obligado respeto del Consentimiento Libre, Previo e Informado de los pueblos indígenas.
Lavado verde para la industria minera
Desde Amigos de la Tierra consideran que la nueva ley de materias primas supone "un lavado verde para la industria minera en general” y se preguntan: "¿para qué necesitamos estos minerales?; ¿qué usos deben ser prioritarios, sustituir cada coche fósil por un coche eléctrico o alimentar la industria armamentística?”.
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