La Fundación Renovables (FR) considera que el informe que la Comisión de Expertos para la Transición Energética hizo público el pasado lunes "carece de ambición en los objetivos a 2030 que deben marcar la senda de las descarbonización de la energía en 2050, no aporta ni compromisos ni medidas concretas como requieren los retos planteados para nuestro país y que fruto del esfuerzo por lograr un consenso, en cualquier caso limitado, se diluyen las propuestas con demasiadas alternativas planteadas, con excesivos condicionantes que lo descartan como guía para afrontar la Transición Energética". La FR también critica a la Comisión por no tener en cuenta cambios en el comportamiento de los consumidores, "que deben ser la clave del cambio que se busca".
Fiscalidad ambiental versus fiscalidad... solar
En el plano positivo, la Fundación Renovables destaca "la importancia que se le da a la fiscalidad como herramienta de este proceso, fijación de un precio mínimo para el CO2, incremento de la fiscalidad de los carburantes y corrección de los desequilibrios existentes". Sin embargo -matizan desde la FR-, el informe aquí "tampoco detalla y concreta las medidas y deja abiertas demasiadas puertas". La Fundación también valora "positivamente" que se pida la supresión del coloquialmente conocido como impuesto al Sol, "que dificulta, junto con otros elementos restrictivos del RD 900, el desarrollo del autoconsumo en nuestro país".
La Fundación Renovables destaca una por encima de todas las cosas
"Lo más sorprendente del documento -explica la FR- es la afirmación de que 'no se han tenido en cuenta cambios en el comportamiento de consumidores' a la hora de fijar los escenarios". Curiosamente, los propios expertos reconocen en su documento en varias ocasiones la importancia que tiene el comportamiento de los ciudadanos -en su manera de enfrentarse alo energético- “si reciben las señales de precio y regulatorias oportunas para reducir la demanda”.
En ese sentido, para la Fundación, "el cambio de comportamientos de ciudadanos, empresas e instituciones es, precisamente, el pilar del cambio de modelo energético". La FR así lo establece, con gran nitidez, en su propuesta “Hacia una Transición Energética Sostenible”, que presentó hace tres semanas y que, por tanto -denuncia-, "tenía que haber sido tenida en cuenta [por los expertos] como input en la elaboración de escenarios y fijación de objetivos".
Objetivos a 2030
En cuanto a los objetivos renovables, la Fundación se manifesta sorprendida de que los expertos consideren "complicado" lograr el objetivo del 27% de cobertura de la demanda final con energías renovables en el año 2030. Los expertos solo se sitúan por encima de ese guarismo en sus dos escenarios estrella: Transición Sostenible: 28,4%; Generación Distribuida: 29,7%. Ambos quedan en todo caso muy lejos de la propuesta del Parlamento Europeo del 35%, y a años luz del 50% que plantea la Fundación Renovables en su propuesta, 50% que la Fundación considera perfectamente alcanzable.
Los objetivos en Canarias y Baleares, "ridículos"
Sobre los objetivos de los archipiélagos, la Fundación Renovables dice literalmente lo siguiente: "llama la atención también sobre los objetivos ridículos de aporte renovable sobre generación de electricidad en las islas: Canarias un 23% y Baleares un 13%, cuando en ellas se dan las condiciones para ser mucho más ambiciosos".
Tecnologías
No menos ridículos son los objetivos eólicos. Según la Fundación, "no tiene sentido que la eólica solo vaya a contar con 3.323 MW adicionales 10 años después de las subastas cuando solo la necesaria repotenciación puede multiplicar por tres esa cantidad". La Fundación lamenta que el informe considere que “una elevada potencia renovable es un riesgo para el sistema”, lo que recuerda a amenazas de tiempos pasados que el tiempo demostró injustificadas.
Electrificación
Por otra parte, "aunque los expertos reconocen la necesidad de electrificar la demanda -dicen desde la Fundación- no fijan, una vez más, objetivos, lo que convierten este deseo en una simple declaración de intenciones". El informe coincide con la propuesta de la Fundación Renovables, planteada desde su creación, de que las primas de las renovables deben ser pagadas por todos los vectores energéticos, pero no comparte en absoluto la otra posibilidad que plantean los expertos —que no se decantan por ninguna— que es su traslado a los Presupuestos Generales del Estado".
Desde Fundación Renovables se insiste en que ese esfuerzo para conseguir un objetivo, que implica a todo el sector energético, hasta hoy soportado exclusivamente por los consumidores eléctricos, debe repartirse entre todos los vectores energéticos y especialmente por el uso de los combustibles fósiles.
Nuclear
El think tank renovable reclama el cierre nuclear al término de la vigencia de las actuales licencias de funcionamiento, mientras que los escenarios estrella de la Comisión contemplan la actividad de hasta 7.117 megavatios de potencia nuclear en 2030. Los expertos, eso sí, reconocen que es insuficiente la tasa sobre residuos, pero no mencionan cual es la solución para poder financiar el cierre, tratamiento de residuos y desmantelamiento de las centrales nucleares.
Según la Fundación, "la apuesta nuclear del Informe no cuantifica esa tasa ni señala cuáles son los costes para mantener competitiva a esta tecnología en relación con las renovables, pero recoge las tesis del ministro de Energía de que su cierre supondría un aumento de la tarifa eléctrica de 2.000 o 3.000 M€ y justifica la apuesta por el hecho de no emitir CO2 sin referencia al problema medioambiental de los residuos ni del riesgo de dichas instalaciones". La Fundación concluye sin ambages: "sorprende la consideración de potencia firme y gestionable 100% que se le da a la generación nuclear".
Respecto a la movilidad, la Fundación Renovables echa de menos "una cuantificación de la penetración del vehículo eléctrico y, en general, una profundización en el desarrollo de la movilidad sostenible en el ámbito urbano". Para la Fundación recuperar la dimensión humana de las ciudades en materia energética es básico. La FR denuncia rotunda que "en el Informe no se habla ni de peatonalización, ni de bicicleta, ni de recuperación urbana".
Otros apuntes de la Fundación respecto a su valoración del Informe de la Comisión de Expertos
Vivienda: las propuestas son mínimas pese a reconocer el desastre que supone que el 85% del parque inmobiliario de nuestro país tienen una calificación energética peor que la letra E. Solo hay una apuesta por un nuevo código de edificación y obligatoriedad del certificado energético, pero sin medidas específicas.
Pobreza energética: el Informe mantiene el Bono social (La Fundación propugna una tarifa social) reclaman difusión e información para que sea efectivo y aunque reconocen el mal estado de las viviendas no hay propuestas concretas.
Transición justa: el informe recoge la postura de la OIT de salvaguardar los intereses de los trabajadores de la minería, mientras que la Fundación considera que lo prioritario es que la transición sea justa para el conjunto de la sociedad, necesitamos un pacto global para poder cambiar en profundidad el actual modelo.
Revertir los daños causados por la inseguridad jurídica, condición ineludible en la transición energética
Por último, la Fundación Renovables no concibe cómo a la hora de “asegurar inversiones de largo plazo” no se haga ninguna mención al expolio que han sufrido los inversores en renovables mientras se ha abierto el camino a la consolidación de inversiones reguladas como producto financiero. No es de recibo que, con la extrema volatilidad que hemos tenido en el sector energético en los últimos 10 años, los expertos no sean capaces de mencionar en las quinientas páginas ni una línea sobre la necesidad de erradicar la inseguridad jurídica de la regulación y revertir los daños que dicha inseguridad ha causado, reivindicación que sí asume la Fundación Renovables como condición ineludible en la transición energética.