Para poner en perspectiva el avance de la descarbonización del sistema energético nacional, DNV explica en su análisis que la proporción de los combustibles fósiles en la energía primaria de España ha disminuido del 85% alcanzado en el pico de demanda en 2007, hasta el 70% de 2023, una disminución que alcanzará -según sus previsiones- un porcentaje inferior al 30% en 2050. Un avance lento pero imparable.
Según los datos de DNV, en 2023, el uso de carbón en la industria en España superó al del sector eléctrico, con 60 petajulios (PJ, unidad de energía equivalente a mil billones de julios). A partir de 2026, el carbón se utilizará sobre todo en la actividad industrial, con más del 80% dedicado a la industria del hierro y el acero, y se prevé que la demanda caiga a 8 PJ/año de aquí a 2050. Según la hoja de ruta nacional para el hidrógeno renovable del Gobierno, se espera que este reemplace gradualmente al carbón en el sector del hierro y el acero.
Con respecto al petróleo, desde que superara al carbón en 1964, ha sido el mayor contribuyente al suministro energético en España, con una cuota que ha rondado el 45% de la energía primaria durante la última década. No obstante, los datos de DNV apuntan a que, gracias al aumento de la electrificación y la eficiencia energética -especialmente en el sector del transporte, principal impulsor del consumo de petróleo-, se espera que la demanda de petróleo caiga un 70% en nuestro país hasta mediados de siglo: de 1,1 millones de barriles diarios en 2023 a 0,3 millones de barriles al día en 2050.
Radiografía del gas natural
Aunque el gas natural todavía desempeña un papel destacado en el sistema eléctrico español -alrededor del 35% del gas natural se destina a la generación eléctrica- para asegurar que la producción coincida con los momentos de mayor demanda, esta tendencia se irá invirtiendo a medida que crezcan las capacidades instaladas de energía eólica y solar, y se cierren las centrales nucleares y de carbón.
En concreto, DNV explica en su informe que, en la última década, el gas natural ha garantizado cerca del 21% del suministro de energía primaria de España. En términos absolutos, los datos de DNV apuntan a que la demanda de gas natural caerá un 60%, de 37.000 millones de metros cúbicos (bcm) en 2023 a 13 bcm en 2050.
Centrales de ciclo combinado
No obstante, DNV pronostica que las centrales de ciclo combinado en España continuarán desempeñando un papel importante en apoyo de la red eléctrica para garantizar la fiabilidad del sistema. Los analistas de la consultora señalan que, ante la falta de políticas específicas, su futuro dependerá en gran medida del panorama normativo y de mercado, junto con la adaptación a tecnologías más limpias como el hidrógeno verde.
Aunque España avanza en la transición hacia un mix energético más ecológico y eficiente, alcanzar el “cero neto” en 2050 exige, entre otras cosas, dar continuidad a los marcos legislativos y afrontar un cambio gradual en la descarbonización de todos los sectores.
DNV destaca que la viabilidad a largo plazo y las posibles extensiones de la vida útil de las centrales de ciclo combinado en España estarán muy vinculadas al desarrollo y éxito del mercado de capacidad, un mecanismo en discusión para respaldar el estándar de fiabilidad del sistema eléctrico español (CNMC, 2021).
El mercado de capacidad remuneraría a estas plantas no solo por la energía que producen, sino por estar disponibles para garantizar el suministro durante picos de demanda o baja producción renovable, asegurando así su sostenibilidad financiera. Este mecanismo será igualmente crítico para el desarrollo del almacenamiento electroquímico.
Un marco en el que, además, la modernización de las centrales de ciclo combinado para que funcionen con una mezcla de Hidrógeno verde (H2) y gas natural (con Secuestro de CO2 incorporado), o incluso únicamente H2, permitiría que contribuyan a los objetivos de descarbonización a largo plazo del país (Hoja de ruta del hidrógeno, 2024).
Credenciales de DNV
DNV es una consultora independiente que opera en más de 100 países y que se centra en establecer puntos de referencia para la industria. Ya sea evaluando el diseño de un nuevo buque, optimizando el rendimiento de un parque eólico, analizando los datos de los sensores de un gasoducto o certificando la cadena de suministro de una empresa alimentaria, DNV brinda seguridad a toda la cadena de valor de la energía a través de sus servicios de asesoramiento, monitorización, verificación y certificación.
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