Lo que dice UNEF colisiona frontalmente con el discurso oficial del Gobierno. El Ministerio de Energía –convocante de la subasta- asegura que esta es "tecnológicamente neutra" (o sea, que no distingue entre unas renovables y otras) y sostiene que su propósito es adjudicar "aquellos proyectos que supongan un menor coste para el consumidor". En las antípodas del discurso ministerial, UNEF dice que esa pretendida neutralidad tecnológica no es cierta, y, en ese sentido, denuncia ciertas normas que ha introducido el Ministerio en la subasta, requisitos que estarían discriminando a la tecnología fotovoltaica a favor de la eólica: “si esta fuese como cualquier otra subasta del mundo, con un precio por kilovatio hora –ha dicho el director general de UNEF, José Donoso-, hubiéramos tenido unos precios más bajos que los que vamos a obtener ahora”.
Donoso lo explicaba así la semana pasada en Canal Extremadura Radio
“En una subasta neutral, y nosotros estamos dispuestos a competir en una subasta así, en una subasta homologable internacionalmente, en una subasta como las que tradicionalmente se han convocado y se convocan en cualquier país del mundo… gana el que ofrece el precio más barato de producción de energía eléctrica”. ¿Qué ocurre sin embargo con la subasta “tecnológicamente neutra” del Gobierno? El director general de UNEF lo explica en estos términos: "en este caso sin embargo se han creado unas reglas del juego muy complejas (...) que favorecen de forma descarada a otra tecnología. ¿Qué reglas? Pues el Gobierno lo que hace es calcular el precio: yo les digo a ustedes cuál va a ser el coste de inversión en su planta, y les digo que los dos -eólicos y fotovoltaicos- van a tener el mismo: 1,2 millones de euros".
Donoso continúa
"Acto seguido, ustedes me tienen que ofertar una rebaja sobre ese coste de inversión. Supongamos que uno rebaja un 20% sobre ese precio. Otro rebaja un 30, y así, sucesivamente. ¿Qué ocurre? Pues que no gana el que ofrece un mayor descuento". Y no gana el que ofrece un mejor precio, según Donoso, porque el gobierno ha introducido un factor que desnaturaliza esa neutralidad. A saber: el Ejecutivo establece dos números que lo cambian todo: 3.000 y 2.367. Son las horas equivalentes de funcionamiento, horas que el Gobierno estima funcionarán al año los parques eólicos -3.000- y las instalaciones fotovoltaicas: 2.367. O sea, que, una vez que los participantes en la subasta han ofertado un descuento sobre el coste de inversión, el Gobierno aplica, en una fórmula que ha ideado para esta subasta, ese factor -que favorece ampliamente a la eólica (que se supone que va a generar mucha más energía limpia que la fotovoltaica a lo largo del año)- y lo cambia todo.
En caso de empate
La conclusión es que, aunque la fotovoltaica oferte un precio más bajo (de coste de generación del kilovatio hora) que la eólica, tras la aplicación de ese factor (horas equivalentes de funcionamiento) gana la eólica. Pero eso no es todo, según el director general de UNEF. Porque el Gobierno ha introducido otra regla: "en caso de empate, gana el que tenga más horas -explica Donoso-, y las horas son las que decide el gobierno, no las horas reales, sino las que decide el gobierno. Y como el gobierno dice que la eólica tiene 3.000..." (véase abajo Atlas Eólico de España).
Pero, para que funcione el truco, hace falta además otra regla. Y ahí entra el descuento máximo: "esta fórmula tiene un suelo, un descuento máximo que se puede ofertar. Y todo el mundo va a ir a ese descuento máximo, se va a producir un empate y ganará el que tiene más horas, y, como la que tiene más horas es, según el gobierno, la eólica… pues gana la eólica". Por eso Donoso sostiene que no es cierto lo que dice el Gobierno, que serán adjudicados "aquellos proyectos que supongan un menor coste para el consumidor".
Precio por kilovatio hora
“Si esta fuese como cualquier otra subasta del mundo, con un precio por kilovatio hora -decía la semana pasada Donoso en Canal Extremadura Radio-, hubiéramos tenido unos precios más bajos que los que vamos a obtener ahora”. ¿Perjudicados? Cabría presumir que los consumidores, que podrían pagar menos por kilovatio hora, pero que previsiblemente no van a hacerlo. ¿Beneficiario principal? Unesa (la Asociación Española de la Industria Eléctrica), que reúne a las cinco grandes (lo que se conoce por el oligopolio eléctrico): Endesa (que controla Enel Green Power España), Iberdrola, Gas Natural Fenosa, EDP y Viesgo. Esas empresas están detrás de más de 10.000 de los 23.000 megavatios eólicos que hay hoy en España y podrían ser, presumiblemente, las más directamente beneficiadas por los artificios contables del ministro Nadal, pues seguramente participarán en la subasta y, en caso de empate...
Con respecto a las 3.000 horas equivalentes de funcionamiento mínimo anual que el Gobierno asigna a la eólica... Pues, según la Asociación Eólica de Galicia (EGA), "los mejores emplazamientos eólicos ocupados en España registran una media de funcionamiento de 2.530 horas equivalentes anuales". El Atlas Eólico de España, obra del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), organismo dependiente del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, precisa más (véase abajo, a la derecha). A la izquierda del Atlas, la lista de los promotores eólicos de España (Fuente: Asociación Empresarial Eólica).