La electricidad es el único servicio energético que llega a todos los hogares españoles sin excepción. Es por tanto necesario que, en toda circunstancia por adversa que sea, y mucho más ante un estado de alarma, la calidad y continuidad del servicio eléctrico estén garantizados, apuntan desde AFBEL.
El Real Decreto 463/2020 de declaración del estado de alarma se refiere en varias ocasiones a la necesidad de mantenimiento de los servicios esenciales, así como a determinadas previsiones sobre infraestructuras críticas, en este caso la del transporte y distribución de energía eléctrica, facultando a las autoridades a establecer los mecanismos para su correcto funcionamiento. Su artículo 18 declara sin ambigüedad que los operadores críticos de servicios esenciales tienen que adoptar las medidas necesarias para asegurar la prestación de tales servicios. Además, ese mismo artículo, declara que dicha exigencia, será igualmente asumida por aquellas empresas y proveedores que, no teniendo la condición de críticos, son indispensables para asegurar el abastecimiento de los propios servicios esenciales.
Según Guillermo Amann, presidente de la asamblea general de AFBEL, “aunque la demanda de electricidad haya bajado desde el confinamiento de los ciudadanos y vaya a bajar aún más cuando se establezcan medidas más restrictivas que afecten a más actividades, es imprescindible mantener el sistema eléctrico en perfecto estado de funcionamiento para garantizar el suministro en todas las circunstancias. Si esta situación excepcional llegase a coincidir con un fenómeno meteorológico adverso, por local que fuera, las consecuencias de no tener la red eléctrica en plenitud de capacidad serian desastrosas”.
Responder a la demanda de equipos, componentes y tecnología
En la prestación del suministro de electricidad los proveedores de la tecnología de las redes adquieren compromisos importantes que les hacen copartícipes de esa consideración de esencialidad de la continuidad del servicio eléctrico. El incumplimiento de tales compromisos podría derivar en exigencia de responsabilidad que pudieran exigirles las Administraciones Públicas, sin perjuicio de las posibles responsabilidades penales que pudieran derivarse de la situación de desabastecimiento de componentes críticos en un estado de alarma.
Amann afirma que el sector español de fabricantes de equipamiento para las redes de transporte y distribución eléctrica está a disposición de las autoridades y de los operadores del sistema eléctrico para asumir su responsabilidad y dar respuesta a la demanda de equipos, componentes y tecnología que sean necesarios para permitir a los operadores del sistema mantener la red a pleno rendimiento y en perfectas condiciones de funcionamiento.
En Italia, explican desde la asociación, la pandemia va un paso por delante que en España. Eso nos permite aprender de las experiencias vividas en ese país y de los aciertos en las decisiones tomadas por sus autoridades. En su Decreto Ley de 22 de marzo, el gobierno italiano ordenó suspender toda actividad industrial y comercial salvo las recogidas en el anexo de los sectores considerados esenciales de interés público. En dicha consideración, el decreto explicita al sector de fabricación de motores, transformadores y aparatos para la distribución y control de electricidad. Que es, precisamente, la actividad representada por AFBEL en España.
Guillermo Amann asegura que en nuestro país, los fabricantes de la asociación han adoptado los sistemas y procedimientos de control, higiene y protección para asegurar la integridad de sus trabajadores. AFBEL aglutina a los fabricantes españoles de equipamientos de media y alta tensión para la red eléctrica, tales como transformadores, aparellaje, apoyos metálicos, motores, convertidores, pararrayos, sistemas de alimentación ininterrumpida, grupos electrógenos, nuevas tecnologías y equipos para redes inteligentes.