Dos datos y un destino: Navarra. La Comunidad Foral ha mejorado muy mucho, en el período 2005-2016, su índice de intensidad energética: ahora produce mucho más que en 2005 y emite (emisiones directas) mucho menos, es decir, que está demostrando en tiempo presente que es posible producir más sin que ello suponga necesariamente más emisiones. ¿Cómo lo ha hecho? Usando menos energía en la producción de bienes (es decir, siendo más eficiente) y aprovechando más y mejor sus fuentes de energía limpia: las renovables.
La otra cara de la moneda la ponen las centrales navarras de ciclo combinado (que queman gas natural para generar electricidad) y las plantas de cogeneración industriales de la región (que queman también fundamentalmente gas). Todas ellas emitieron 955.155 toneladas de CO2 en 2016, casi 250.000 toneladas más que a lo largo de 2015, según el Inventario: "en concreto -especifica ese documento-, las emisiones de este sector han aumentado un 35% y representaron, en 2016, el 17,29% del conjunto de las emisiones navarras".
Navarra emitió en 2016 un 36% más que en 1990
El citado Inventario analiza también la evolución general de los datos de Navarra desde 1990, año de referencia del Protocolo de Kioto y, aunque constata que las emisiones directas han aumentado en la Comunidad Foral en un 36% en total desde esa fecha, subraya que a partir de 2005, año base de la Hoja de Ruta de Cambio Climático de Navarra, han descendido en un 23%. Según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Navarra representaba en 2016 el 1,7% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) de todo el estado, siendo el 1,4% de la población.
Industria (27), transporte (20), sector primario (19), residencial y servicios (12)
Por sectores, el industrial continúa siendo el que más contribuye actualmente a las emisiones de GEI en Navarra, con un 27,13%. El sector industrial incluye la combustión en industria, los procesos industriales sin combustión (cemento, uso de piedra caliza y dolomía), el consumo de gases fluorados y el uso de disolventes. En segundo lugar se sitúa el sector del transporte, que incluye las emisiones del tráfico de vehículos y de mercancías, y que supone el 20,63% del total. Cabe destacar que el 75% de estas emisiones se producen en el transporte por carretera en itinerarios interurbanos.
El sector primario, en tercer lugar, representa un 19% de las emisiones de la Comunidad Foral, si bien se ha producido un descenso del 1,78% respecto al 2015. En este sector se incluyen las emisiones de la cabaña ganadera, la gestión de estiércoles, los procesos de abonado de suelos agrícolas y los cultivos de arroz. A continuación se sitúan los sectores que menos gases de efecto invernadero producen: el sector residencial y servicios, que representa un 12,37% (aumenta en un 6,4% respecto a 2015) y el sector residuos que supone el 3,45%, (la cantidad respecto a 2015 aumenta un 1,4%).
Más de ocho toneladas de CO2 per cápita
En lo que respecta a las emisiones directas per cápita –emisiones de CO2 por persona - en 2016 son de 8,3 toneladas, y continúa su tendencia al alza desde 2014, cuando alcanzó los niveles de 1990 (7,8 toneladas por persona). Según datos de la Comisión Europea (EDGAR) en el conjunto del estado este dato se sitúa en 5,44 toneladas per cápita, en Francia son 5,12 y en Reino Unido 5,59. Navarra se situaría al nivel de Bélgica (8,31) y por debajo de Alemania (9,47).
Otro de los aspectos que señala el informe es el aumento de la intensidad de emisiones en Navarra, es decir, las emisiones que se generan para producir una unidad de PIB, cifra que aumenta en 2016, un 2,35% con respecto a 2015. La intensidad de emisiones es uno de los indicadores de la sostenibilidad de una economía y, en este caso, significa que, para producir lo mismo, la sociedad navarra emitió más gases.
Ahora bien, este indicador ha mejorado con respecto a 2005, ya que las emisiones directas se han reducido considerablemente entre 2005 y 2016, un 23%, frente a un aumento del PIB de un 21%. Entre 2005 y 2016 las emisiones directas se han reducido un 23% y el PIB ha aumentado un 21%. El indicador de emisiones/PIB se ha reducido un 37%.
Descenso en sectores regulados y difusos respecto a 2005
Según el Inventario de 2016, en Navarra el 37% de las emisiones de GEI provienen de los sectores regulados, que son los incluidos en el comercio de derechos de emisión y supervisados por la Directiva de Comercio de Derechos de Emisión. En Navarra se concretan en 23 industrias e instalaciones de generación de electricidad, producción y transformación de metales férreos, cemento, cal, vidrio, papel. Sus emisiones han descendido en un 25% respecto a 2005 debido a la disminución de actividad generalizada en todas las áreas, especialmente en la generación eléctrica y en la fabricación de cemento, que alcanzaron su valor mínimo en 2012.
Por su parte, las emisiones difusas, aquellas que provienen de los denominados sectores difusos han disminuido en Navarra en un 23% respecto a 2005, y se refieren al resto de sectores no incluidos en el régimen del comercio de derechos de emisión, entre los que están residuos, residencial y servicios, transporte, industria no regulada y sector primario.
79% de la electricidad de fuentes renovables
La crisis que se inició en 2008 hizo que en general la economía se frenara, y con ella las emisiones de gases de efecto invernadero, que fueron cayendo año a año por el descenso en la demanda de electricidad, la actividad industrial y el transporte. Pero, a partir de 2014, esa caída de las emisiones se ha detenido por la reactivación económica.
En el repunte de las emisiones también han influido además, factores climatológicos como los cambios en regímenes de vientos y precipitaciones, que han favorecido que la producción de electricidad con energías renovables —fundamentalmente hidroeléctrica y la eólica— cayera cinco puntos a nivel estatal respecto al año anterior.
En Navarra, las dos centrales de ciclo combinado han aumentado su producción, duplicando prácticamente número de horas anuales de funcionamiento, tras varios ejercicios en los que éste fue casi nulo. Como consecuencia, en 2016, se han emitido 200.000 toneladas más de GEI, de las cuales 100.000 toneladas, la mitad, corresponden a electricidad exportada y, el resto, a la electricidad procedente de la central que se consumió en Navarra debido a la menor actividad de generación renovable.
A pesar de ello, hay que destacar que en 2016 casi el 79% de la electricidad consumida en Navarra procede de fuentes renovables. Esto ha supuesto, según el Inventario de 2016 que, utilizando el dato del mix nacional, se ha evitado la emisión de 875.600 toneladas de CO2.