En un discurso dirigido contra lo que llamó "el implacable dumping" de la contaminación de carbono de las centrales eléctricas convencionales, abogó por el fomento de las energías renovables y por la promoción de las nuevas normas de eficiencia energética.
Frente a un auditorio conformado especialmente por estudiantes y profesores de la Universidad de Georgetown, en Washington, Obama volvió a advertir, como ya lo ha hecho en ocasiones anteriores, de que el cambio climático pone en peligro las futuras generaciones. "La cuestión no es si hay que actuar: el gran juicio de la ciencia, de la química, de la física y de millones de mediciones, ha dejado de lado todo lo demás". Y agregó: "La cuestión ahora es si tendremos el coraje de actuar antes de que sea demasiado tarde".
Como parte de su "plan de acción por el clima", Obama dijo que dirigirá a las agencias para que ayuden a apuntalar en la nación los actuales efectos del cambio climático, incluidas las temperaturas más cálidas, las inundaciones y las tormentas más fuertes. El presidente también se comprometió a buscar nuevos acuerdos mundiales sobre el cambio climático.
Respecto al esfuerzo por reducir la contaminación de carbono, Obama dijo que el Departamento de Interior tomará medidas para permitir en tierras públicas nuevos proyectos de eólica, solar y otras energías renovables, lo suficiente para alimentar a más de 6 millones de hogares en 2020.
Según sostuvo, el 40 por ciento de la polución mundial proviene actualmente de fábricas instaladas Estados Unidos y no hay límite legal que regule la cantidad carbono que puede expulsarse a la atmósfera.
Obama hizo hincapié en que el planeta "está cambiando de una manera que impactará a toda la humanidad", y puso como ejemplo que 12 de los últimos 15 años han sido los más calurosos de que se tenga noticia.
El plan de Obama, que tomaría años para implementarse, incluye, además del foco en la eficiencia energética y en las fuentes de energía renovable, la ayuda a las comunidades a fin de que se preparen para los efectos del calentamiento global, y la reducción de las emisiones de carbono de las plantas generadoras.
El país necesitará de "científicos que diseñen nuevos combustibles y agricultores que los produzcan; necesitaremos ingenieros que diseñen nuevas fuentes de energía y negocios que las hagan y vendan", puntualizó.
Casi todos los planes del presidente implican acciones ejecutivas que no requieren aprobación del Congreso. Se espera, eso sí, que Obama tenga difícil conseguir apoyo legislativo sobre el cambio climático en el Congreso, dado que la Cámara de Representantes está dominada por integrantes del Partido Republicano, mientras que en el Senado los republicanos poseen suficientes miembros para obstruir las iniciativas.
En ese sentido, políticos opositores y miembros de la industria energética criticaron el plan contra el cambio climático presidencial, augurando que aumentará el precio de las facturas eléctricas y que habrá un menor desarrollo de energía confiable. "Se cerrarán plantas de energía, se destruirán buenos puestos de trabajo y crecerá la factura eléctrica familiar", dijo el vocero republicano en la Cámara de Representantes, John Boehner.
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