El objetivo de la Comisión de Expertos en Transición Energética no ha sido otro que proponer medidas a encajar en el futurible Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, un plan cuyo horizonte ha de ser el año 2030. Este plan debe incluir los "objetivos, metas y trayectorias" para cada una de las cinco dimensiones de la Unión Energética -descarbonización, eficiencia energética, seguridad energética, mercado interior de la energía e innovación y competitividad- y debe ser coherente "con una visión de más largo plazo de reducción de emisiones, compatible con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París, y con el objetivo de la UE de reducir las emisiones entre un 80 y un 95% en 2050 respecto de los niveles de 1990".
Pues bien, los 14 expertos de la Comisión para la transición energética concluyeron el pasado 19 de marzo su trabajo -al que han titulado «Análisis y propuestas para la descarbonización»- y se lo presentaron ayer al ministro de Energía, Álvaro Nadal. El informe, de más de 500 páginas, le ha llegado al ministro avalado por 11 firmas, pero con 3 abstenciones, las de Jorge Aragón (vocal de la Comisión, integrante de la misma a instancias de Comisiones Obreras), Josep Salas i Prats (vocal, a propuesta de Esquerra Republicana de Catalunya) y Cristóbal José Gallego Castillo (miembro del Observatorio Crítico de la Energía, OCE, y vocal de la Comisión a propuesta de Podemos).
Recogemos a continuación la "valoración general del documento" y, más abajo, el "resumen" que sobre su voto particular ha publicado Gallego en el OCE
1) No es un informe de amplio consenso. Se han abstenido 3 vocales de 14, lo que representa más del 20% del total de la Comisión. Los votos particulares muestran que algunos de los numerosos temas tratados han contado con un amplio respaldo, pero otros han suscitado mucha polémica.
2) El informe es inequívoco en dos mensajes que me parecen centrales:
· Ya no hay discusión sobre el papel que deben jugar las renovables en la próxima década. Necesitamos apuntar a escenarios que implican despliegues de renovables que, hasta hace poco, se consideraban muy ambiciosos o poco probables. Ahora, estos escenarios se revelan como el requisito mínimo necesario para aspirar al cumplimiento de los objetivos ambientales.
· No menos importantes que las renovables son la eficiencia y el ahorro energéticos. Su contribución al cumplimiento de los objetivos ambientales es la más eficaz. De hecho, algunos informes sobre escenarios de transición energética recientemente publicados (como, por ejemplo, el del Observatorio Crítico de la Energía) ya transmitían que la evolución del consumo es una variable crítica: a mayor crecimiento de demanda son necesarios mayores esfuerzos para lograr los mismos objetivos de emisiones, eficiencia y porcentaje de renovables. Las simulaciones contenidas en el informe de la Comisión confirman que moderar el crecimiento de consumo es la mejor herramienta para combartir el cambio climático.
3) El informe no proporciona un posicionamiento claro en otras cuestiones tales como el alargamiento de la vida útil de las centrales nucleares, el mantenimiento de las centrales de carbón en el horizonte del año 2030 o el incremento de las las interconexiones. Esto se debe a que cada una de estas cuestiones, de acuerdo con las simulaciones realizadas, implica consecuencias positivas en alguno o algunos de los criterios utilizados en las mismas pero también supone consecuencias negativas en otros (por ejemplo, en algunos casos, estas medidas dificultan el cumplimiento de los objetivos ambientales, aumentan el precio de la electricidad y/o tienen un efecto negativo en la integración de renovables).
Resumen del voto particular
"Mi primera objeción -explica Gallego- tiene que ver con el alcance limitado del estudio, que se centra en verificar el cumplimiento de los objetivos ambientales adoptados por la Unión Europea (UE) sin reflexionar de forma crítica si estos son coherentes con los objetivos del Acuerdo de París o si por el contrario España, como país de la UE que más sufrirá las consecuencias del cambio climático, debería liderar una propuesta más ambiciosa".
"También me parecen muy criticables -continúa Gallego- tanto las limitaciones de tiempo y de recursos para abordar una tarea de semejante importancia como la ausencia de mujeres en la Comisión".
"Además de lo ya mencionado, las principales ideas que se recogen en mi voto particular son", apunta Gallego
1) El autoconsumo recibe un trato ambiguo en el informe: se reconoce su papel fundamental en la transición, pero no se proporcionan soluciones concretas para el corto plazo a determinadas barreras que impiden actualmente su desarrollo.
2) Se sobreestiman las necesidades de potencia de respaldo en el sistema eléctrico.
3) El diagnóstico sobre el papel de las centrales nucleares durante la transición es incompleto al no considerar numerosos factores relacionados con su coste (como, por ejemplo, el coste de una posible extensión de vida útil).
4) El informe recomienda establecer un precio para las emisiones del CO2 pero no incluye una característica fundamental. Esta medida es una palanca efectiva para el logro de los objetivos ambientales solo si dicho precio supera cierto umbral que conlleve una reducción de la generación con carbón.
5) Los mecanismos de capacidad propuestos pueden generar beneficios caídos del cielo si no se limitan estrictamente a nuevas inversiones.
6) De acuerdo con los resultados de las simulaciones, las interconexiones dificultan el logro de los objetivos ambientales y encarecen la energía. A pesar de esto reciben una valoración positiva en el informe.
7) La propuesta de fiscalidad sobre productos energéticos es insuficiente: no permite dotar de fondos a la transición, ni reduce el gap fiscal con los países de nuestro entorno, como recomiendan numerosos organismos internacionales.