El comandante en jefe de la primera economía del planeta acaba de asestar un duro golpe a la transición energética mundial con sus planes para combatir lo que ha denominado "emergencia energética nacional", una suerte de estado de alarma energético que permitirá al Gobierno federal reducir los requisitos ambientales de los proyectos energéticos, acelerar la construcción de centrales eléctricas y relajar las restricciones a las exportaciones de combustibles fósiles.
Emergencia energética nacional
Esta medida busca cumplir una de sus promesas de campaña, el infame "Drill, baby, drill" (Taladra, nena, taladra), con el que Trump quiere aumentar la producción energética nacional a base de perforar la corteza terrestre en busca de hidrocarburos. En concreto, el presidente Trump ha anunciado que en su segundo mandato está preparado para imponer cambios normativos que permitirán nuevos desarrollos de petróleo y gas en suelo estadounidense.
Este estado de emergencia afectará todo el espectro de la industria energética estadounidense, desde los campos petroleros hasta los concesionarios de automóviles, y subraya la determinación de Trump de reorientar la política del gobierno federal hacia el petróleo y el gas, un giro brusco frente a los esfuerzos de Biden para frenar la expansión de los combustibles fósiles en uno de los países que más contribuyen al calentamiento planetario.
EE.UU se retira del Acuerdo de París
Entre las órdenes ejecutivas anunciadas por Trump, destaca la que ordena a Estados Unidos retirarse nuevamente del histórico acuerdo climático de París, un anuncio que asesta un duro un golpe a los esfuerzos mundiales para combatir el calentamiento global y que distancia una vez más a Estados Unidos de sus aliados occidentales.
Trump afirma que el Acuerdo de París es un pacto internacional que "no refleja los valores estadounidenses" y que “desvía el dinero de los contribuyentes a países que no requieren, ni ameritan, la asistencia financiera de nuestro pueblo”.
Aunque el mundo ya superó en 2024 el umbral de calentamiento de 1,5 grados -el objetivo ideal del Acuerdo de París- respecto a los niveles preindustriales, los esfuerzos mundiales para contener el ascenso térmico aún podrían mantener las temperaturas por debajo de los 2 grados, pero anuncios como este complican bastante este objetivo.
Trump ordena suspender los nuevos proyectos eólicos marinos
Otra de las órdenes ejecutivas de Donald Trump ha sido la decisión de suspender los nuevos proyectos federales de energía eólica marina, ya que en su opinión, los aerogeneradores "son feos, caros y dañan la vida silvestre", por lo que "no vamos a hacer lo del viento", ha asegurado. Así lo refleja un comunicado de prensa de la Casa Blanca que anuncia la suspensión de los desarrollos offshore en la plataforma continental exterior de Estados Unidos "en espera de una revisión ambiental y económica".
Con un sorprendente pretexto conservacionista, Trump dijo que los proyectos de energía eólica marina estaban relacionados con un aumento en las muertes de ballenas frente a la costa este de Estados Unidos en los últimos años y añadió que "son, con diferencia, la forma de energía más cara que se puede tener". Además, dijo que los aerogeneradores "matan a los pájaros y arruinan los hermosos paisajes".
Esta medida también busca dar carpetazo a las políticas de la era Biden, ya que el expresidente adoptó la energía eólica como una parte vital de su estrategia para descarbonizar el sector energético estadounidense, con múltiples subastas para desarrollar grandes proyectos en la costa este del país. No obstante, no se espera que la nueva orden afecte a los parques eólicos marinos ya en marcha, impulsados por empresas como Orsted, Avangrid, Copenhagen Infrastructure Partners y Dominion.
Reacciones ecologistas
Para Greenpeace, "ignorar la crisis climática no la hará desaparecer". La organización ecologista afirma que "abandonar el Acuerdo de París y seguir fortaleciendo a la industria fósil sólo hará que los impactos del cambio climático -como incendios, olas de calor, huracanes o lluvias torrenciales- sean cada vez más fuertes y frecuentes y provoquen más dolor y desgracia". Por ello, el resto de países y la sociedad civil "deben mantener el rumbo con determinación por nuestra democracia y nuestro futuro. El negacionismo mata. Luchar contra el cambio climático salva vidas", aseguran.
Ante la intención de Donald Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, el director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Mads Christensen, ha declarado: "Una política de negacionismo climático dejará desprotegido al país frente a los desastres provocados por el cambio climático, como los incendios forestales o la repetición de huracanes. Mientras Los Ángeles sigue ardiendo, abandonar el Acuerdo de París sólo inflamará los riesgos futuros. Combatir la crisis climática requiere cooperación internacional, no aislacionismo".
Artículos relacionados
La eólica marina USA solo alcanzará la mitad del objetivo 2030 fijado por el Gobierno Biden
Doce miradas desde la ciencia y el liderazgo climáticos a la victoria de Donald Trump
Alianza Verde tilda de "desastre absoluto" la victoria de Trump
Estas 5 frases de Trump resumen lo que le importa el medioambiente