Han pasado demasiados días sin que se conozca el origen del gran apagón del 28 de abril. Lo que impresiona con el paso del tiempo es el hermetismo del sector eléctrico. Forma parte de una cultura empresarial fundamentada en la endogamia y una acendrada opacidad que sirve para que se genere oscurantismo y desinformación. En este apagón nadie habla de precios, pero es la cuestión de fondo.