El dato (+63%) aparece en el último boletín de Cores (Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos, Ministerio de Energía). Según ese boletín, en agosto, el consumo de gas natural ha encadenado el cuarto mes consecutivo de incremento interanual (crecimiento del 15,0% frente a agosto de 2016). Eso, en términos absolutos. Pero es que, en lo que se refiere específicamente a la electricidad, el boletín de Cores revela que España ha incrementado en este mes de agosto su consumo de gas natural (para generación de energía eléctrica, cabe insistir) un 63,4%. O sea, que la ventana de oportunidad -el aire acondicionado que demandan los millones y millones de turistas que hemos recibido este verano- la han aprovechado Argelia y Catar.
El pequeño emirato, que cuenta con una extensión similar a la de la Región de Murcia y con una población que ronda los 2,2 millones de habitantes, ostenta ahora mismo la renta per cápita más alta del mundo, según explica el Instituto de Comercio Exterior de España (ICEX) en el documento «El milagro de Catar», donde el ICEX explica entre otras cosas que ese país es el primer exportador mundial de gas natural.
Volviendo al boletín Cores, "en el acumulado anual -concluye-, el consumo de gas natural aumenta un 9,3%, por los incrementos de todos los tipos de consumo: convencional (+4,7%), generación eléctrica (+32,5%) y GNL de consumo directo (+9,2%)". Como se aprecia, el incremento más extraordinario (en el "acumulado anual") es el del consumo de gas para generación de electricidad, consumo que ha crecido en más de un 32% en los ocho primeros meses del año. El gas natural es un combustible fósil cuyo principal componente, el metano, es un potente gas de efecto invernadero (véase globalmethane.org).
Sobre los números del gas
Según el último Informe semestral del Ministerio de Economía, España ha importado, entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2017, gas por valor de 3.665,1 millones de euros, es decir, que la economía española paga cada día por el gas que usa -a Argelia, Catar y otras naciones- veinte millones de euros (veinte millones de euros... cada 24 horas). El pasado mes de agosto, casi el 30% de la electricidad que usó España salió de centrales térmicas que queman gas natural. Ese mes, en el país del Sol y Playa solo el 8,3% de la electricidad salió de instalaciones solares (fotovoltaicas y/o termosolares).
El Gobierno Rajoy (presidente desde diciembre de 2011, es decir, desde hace casi seis años) ha tardado más de un quinquenio en convocar una subasta solar fotovoltaica y, a día de hoy, no ha convocado ninguna termosolar, aunque la irradiancia solar en España es la más elevada, con diferencia, de toda Europa. Además, el Ejecutivo mantiene maniatado -con el impuesto al Sol- el autoconsumo y, a lo largo de la última legislatura, ha aprobado varias normas (de impacto retroactivo) que se han traducido en gravísimos recortes al precio del kilovatio hora renovable y que han espantado a los inversores.
Sobre Catar
Amnistía Internacional (AI) también ha puesto sus ojos -como el ICEX- en el caso catarí. Su informe «Catar 2016/2017» aborda la situación de los derechos humanos allí y, muy específicamente, la de los derechos de los trabajadores, los verdaderos hacedores del milagro. Pues bien, según ese informe de Amnistía Internacional, las leyes laborales cataríes dan cobertura a "abusos graves contra los derechos humanos, como el trabajo forzoso".
El milagro de Catar tampoco parece haber llegado a las mujeres de aquel país
AI dice en su informe que "la legislación sobre la condición jurídica de las personas seguía discriminando a las mujeres en relación con el matrimonio, el divorcio, la herencia, la custodia de los hijos e hijas, la nacionalidad y la libertad de circulación". Las personas migrantes empleadas en el servicio doméstico, en su mayoría mujeres, siguen estando -añade el informe- "especialmente expuestas a sufrir explotación y abusos, pues continúan excluidas de la protección laboral existente".