Salida del Acuerdo de París
En primer lugar, Trump no ha perdido ni un instante en ordenar la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, un pacto firmado por casi 200 países para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero y frenar el calentamiento global que en 2024 ya superó los 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales. Es la segunda vez que lo hace, ya que Trump también hizo lo mismo la última vez que estuvo en el cargo.
Aunque la medida tardará al menos un año en hacerse oficial, este anuncio hace mucho daño a la capacidad negociadora de Occidente en las conversaciones globales sobre el clima, y da alas a los petroestados y a las economías más sucias del planeta. Además, Trump ha revocado el plan de financiación climática internacional de Estados Unidos, que ha destinado miles de millones a ayudar a otros países a responder a los impactos del cambio climático.
Declaración de emergencia energética nacional
Trump declaró el lunes una "emergencia energética nacional". Esta orden ejecutiva prioriza los combustibles fósiles y la energía nuclear sobre otras fuentes de energía, un anuncio cuanto menos sorprendente porque Estados Unidos alcanzó niveles récord de producción de petróleo y gas en 2024. El presidente Trump ha ordenado a las agencias federales que aprovechen estos poderes de emergencia para que ignoren o tengan menos en cuenta los impactos ambientales durante la validación de los proyectos relacionados con la energía. La política del "Drill baby, drill" (Perfora nena, perfora) ya es una realidad en Estados Unidos.
Congelación de proyectos renovables
Trump ordenó la semana pasada una suspensión de 60 días en la aprobación de arrendamientos y otras autorizaciones vinculadas a proyectos eólicos y solares en tierras y aguas federales. Además, Trump firmó una orden ejecutiva, también el lunes pasado, que detiene temporalmente la concesión de permisos para nuevos proyectos de energía eólica marina. Trump ha expresado abiertamente su rechazo a la energía eólica: "los aerogeneradores son feos, caros y dañan la vida silvestre", por lo que "no vamos a hacer lo del viento".
Freno a la eólica marina
Así lo refleja un comunicado de prensa de la Casa Blanca que anuncia la suspensión de los desarrollos offshore en la plataforma continental exterior de Estados Unidos "en espera de una revisión ambiental y económica", asegura el Gobierno. Esta medida también busca dar carpetazo a las políticas de la era Biden, ya que el expresidente adoptó la energía eólica como una parte vital de su estrategia para descarbonizar el sector energético estadounidense, con múltiples subastas para desarrollar grandes proyectos en la costa este del país. No obstante, no se espera que la nueva orden afecte a los parques eólicos marinos ya en marcha, impulsados por empresas como Orsted, Avangrid, Copenhagen Infrastructure Partners y Dominion.
Se cierra el grifo de la ley IRA
A través de otra orden ejecutiva, Trump ordenó a las agencias gubernamentales que pausaran "inmediatamente" el gasto vinculado la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), una norma importante de la era Biden. La administración Trump ha precisado que la pausa sólo afecta a los programas relacionados con la energía, incluidos los vinculados a las renovables y la carga de vehículos eléctricos, pero no, por ejemplo, a puentes o carreteras. Se espera que esta pausa dure 90 días, después de los cuales se ha ordenado a los funcionarios federales que compartan sus revisiones con la Casa Blanca y brinden recomendaciones sobre los próximos pasos a seguir.
Vehículos eléctricos, en el punto de mira
Una medida cuanto menos sorprendente, sobre todo porque Elon Musk es el propietario de Tesla. En concreto, Trump ha ordenado evaluar la eliminación de subsidios y otras políticas que apoyan el desarrollo del mercado de los vehículos eléctricos. En particular, el mandatario estadounidense ha manifestado su interés en poner fin a las medidas diseñadas para "limitar las ventas de automóviles propulsados por gasolina".
Fin a las barreras de exportación de GNL
Trump no ha perdido ni un segundo en tomar medidas para levantar una prohibición de la era Biden sobre nuevas licencias de exportación de gas natural licuado. A finales de diciembre, la administración Biden publicó un estudio que apuntaba que las exportaciones adicionales aumentarían los precios del gas natural para los consumidores estadounidenses y empeorarían el calentamiento global. Trump también revocó las prohibiciones para la extracción de petróleo y gas en alta mar, aunque no está claro cuándo se otorgarán nuevas licencias en este medio.
Regresión en justicia ambiental
Trump ha anulado las órdenes ejecutivas de la era Biden que ordenaban a las agencias federales que consideraran más a fondo la justicia ambiental en todo lo que hicieran. Dado que las agencias habían incorporado consideraciones de justicia ambiental en sus regulaciones, deshacer eso podría requerir nuevos y lentos cambios regulatorios. Sin embargo, un impacto claro e inmediato es el esperado cierre de varias oficinas y puestos de justicia ambiental en todo el Gobierno.
Eliminación del Cuerpo Climático Estadounidense
Biden creó el American Climate Corps, un programa de primer empleo diseñado para que los jóvenes trabajen en sectores relacionados con el medio ambiente y las energías renovables. Pues bien, Trump lo ha disuelto. No está claro en qué medida esta decisión afectará a las personas que ya tienen trabajos obtenidos a través de dicho programa.
En palabras de Trump
En su intervención por teleconferencia en Davos la semana pasada, Trump hizo unas declaraciones que sirven para abrochar toda esta batería de decisiones contrarias a la transición energética: "He puesto fin al ridículo e increíblemente despilfarrador 'Green New Deal', (Nuevo Acuerdo Verde), que es en realidad el 'Green New Scam', (Nueva Estafa Verde); nos hemos retirado del unilateral acuerdo climático de París; y he cancelado el loco y costoso mandato de los vehículos eléctricos. Vamos a dejar que la gente compre el coche que quiera".
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